El parasol es esa cosa de plástico, en forma de pétalo o tubo, que viene con los objetivos y que se enroscan en el frontal de la lente. Pero que acostumbras a dejarlo dentro de la caja o que abandonas en un rincón de tu casa y no vuelves a saber de él. Voy a darte unas razones por las que debes buscarlo y empezar a usarlo.
El parasol te evita flares
Su principal cometido y por la que son fabricados es para evitar que los rayos de luz incidan directamente en el objetivo. Esta luz produce “flares” que pueden molestar en tus fotografías o generar otro tipo de halos y efectos que no quieres, también puede hacer que la imagen resultante quede deslavada con poco contraste. En alguna ocasión puedes querer estos flares para alguna fotografía concreta, pero en el 90% de las ocasiones solo molestaran en el resultado final y tan solo debes quitarlo o darle la vuelta al parasol para realizar esa toma.
El parasol protege tu objetivo de caídas y golpes
¡Para mi es su mejor función! Se suele hablar siempre de usar filtros uv para proteger tus objetivos pero poner cualquier cristal a nuestras lentes, por muy caros y buenos que sean siempre le resta calidad a la fotografía. Además si se te cae el objetivo con la lente contra el suelo seguro que se rompe el filtro y la primera lente. En cambio el parasol protege mucho más, no solo contra este tipo de caídas más fuertes y directas. Si estás disparando en un día de lluvia el parasol evitará que las gotas lleguen al cristal del objetivo y tengas que estar constantemente limpiando. Y todo esto sin restarle ni un ápice de calidad a la fotografía. Además a mi me facilita el cambiar de objetivos ya que puedo dejarlo boca abajo en el suelo sin ningún miedo a rayar la lente o que se ensucie.
¿Que más debes saber sobre los parasoles?
– No todos los objetivos vienes con parasol. Las lentes de kit o las que puedas comprar de gama baja no suelen incluirlo. Pero puedes hacerte con uno en cualquier tienda o a través de internet y son baratos, más aún si vas a por copias que hacen terceras marcas aunque a veces estos suelen ser mas incomodos de colocar.
– No vale cualquier parasol. Cada objetivo usa un tipo de parasol ya sea por forma de pétalo o de tubo o por su diámetro de la rosca por lo que deberás asegurarte que estás comprando el parasol adecuado para tu objetivo o te creará molestos viñeteos.
– Algunos objetivos gran angulares llevan el parasol integrado en el objetivo por el tema del ángulo de visión y que tampoco permiten el uso de filtros roscados por la curvatura de la primera lente.
– Los parasoles de los objetivos de gama alta llevan por dentro una especie de terciopelo para atenuar el rebote de las luces parasitarias haciendo más eficaz aún su función.
– Los parasoles genéricos para los objetivos de gama baja suelen enroscarse en la parte frontal como si fueran un filtro por lo que deberás tenerlo en cuenta si quieres hacer uso de algún filtro polarizador o de densidad neutra y tu parasol. Los objetivos “buenos” no tienen este inconveniente por el sistema que incorporar para su colocación. Además este sistema te permite colocar el parasol al revés para cuando quieres guardar la cámara o si no quieres usarlo sin tener que preocuparte de donde guardarlo.
Ya ves que no tienes excusa para hacerte con uno por unos pocos euros y llevarlo en cualquier momento para proteger los objetivos que son mucho más caros. Y para ir terminando como siempre unas preguntas. ¿Eres de los que siempre lo llevas puesto? ¿Le das algún otro uso a tu parasol?
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